viernes, 21 de diciembre de 2012

Los cambios emocionales en la adolescencia


La mayoría de los expertos creen que la idea de que los adolescentes son regidos por las "hormonas descontroladas" es una exageración. No obstante, esta es una edad llena de cambios rápidos en su estado emocional, el mal genio y una gran necesidad por la privacidad, así como la tendencia a ser temperamentales.
 
Los niños pequeños no pueden pensar en el futuro demasiado, pero los adolescentes sí pueden y suelen hacerlo con frecuencia-lo que resulta en que se preocupen por el futuro. Algunos podrían preocuparse excesivamente de:

· su rendimiento en la escuela;

· su apariencia, su desarrollo físico y su popularidad;

· la posibilidad de que uno de sus padres fallezca;

· ser hostigados en la escuela;

· la violencia escolar;

· no tener amigos;

· las drogas y el alcohol;

· hambre y pobreza en el país;

· fracaso en obtener empleo;

· bombas nucleares o ataques terroristas en el país;

· el divorcio de sus padres; y

· la muerte.

Muchos adolescentes son un poco cohibidos. Y dado que los cambios físicos y emocionales son drásticos, también suelen ser muy sensibles sobre sí mismos. Quizás se preocupen por algunas cualidades personales o "defectos" que para ellos son algo muy importante, pero que para otros son inconsecuentes. (Ellos piensan: "No puedo ir a la fiesta esta noche porque todos se van a reír de la espinilla tamaño pelota que traigo en la frente." Realidad: La espinilla es pequeñita y la esconde el cabello.) Un adolescente también puede estar bastante absorto en sí mismo. Puede creer que él es la única persona en el mundo que siente como él, o que tiene las mismas experiencias, o que es tan especial que nadie más, especialmente su familia, lo puede comprender. Esta creencia puede contribuir a los sentimientos de soledad y aislamiento. Además, el enfoque en sí mismo puede afectar la manera en que el adolescente se relaciona con familiares y amigos. ("¡No puedo soportar que me vean salir al cine con mi mamá!")


Fuente  http://guiajuvenil.com/hijos/los-cambios-emocionales-en-la-adolescencia.html

Sistema reproductor masculino

Definición y componentes

Los testículos son las glándulas encargadas de producir los gametos masculinos o espermatozoides y las hormonas sexuales masculinas. De color blanquecino, superficie lisa y forma ovalada, se encuentran suspendidos en la bolsa escrotal por los cordones espermáticos. El testículo izquierdo está a un nivel más bajo que el derecho. Están formados por numerosos lóbulos testiculares, aproximadamente 250, separados entre sí por tabiques, que confluyen en un ovillo o reti testis, del que salen unos conductos enrollados, llamados túbulos seminíferos, que continúan hasta el epidídimo.
 
En las paredes de los túbulos seminíferos existen dos tipos de células: las seminales, que dan origen a los espermatozoides, y las células de Sertoli, que se encargan de sostenerlos y nutrirlos.
 
Entre los túbulos hay unas células intersticiales o de Leydig, encargadas de segregar las hormonas sexuales masculinas.
 
Los epidídimos son las estructuras en forma de C ubicadas detrás de cada testículo, donde maduran y almacenan los espermatozoides.
 
Los conductos deferentes comienzan en la parte inferior de la cola del epidídimo, acompañados de arterias, venas, vasos linfáticos y nervios, formando el cordón espermático que se introduce en la cavidad abdominal. Desembocan en dos dilataciones en forma de bolsa, ubicadas entre la base de la vejiga y el recto: las vesículas seminales. Estas se encargan de elaborar una secreción azucarada que proporciona energía al espermatozoide, y constituye la mayor parte del semen o líquido seminal.
 
Desde las vesículas seminales surgen los conductos eyaculadores, que desembocan en la uretra a nivel de la próstata. Esta última glándula, del tamaño de una castaña, rodea la uretra en su primera parte. Está formada por dos lóbulos laterales y uno intermedio, y tiene de 10 a 32 unidades glandulares insertas en una masa de tejido muscular liso y conectivo denso.
 
La glándula prostática secreta un líquido lechoso que también constituye el semen, y que contiene una sustancia estimulante de los espermatozoides. Este fluido es descargado en la uretra durante la eyaculación.
 
La uretra se encarga de expulsar la orina y el semen desde el interior del cuerpo masculino. Está compuesta por tres partes: una ancha y dilatable que pasa a través de la próstata; otra membranosa, más corta y estrecha que la anterior, rodeada por haces de fibras musculares estriadas, que forman el esfínter -músculo circular que, al contraerse, cierra un orificio natural- de la uretra; y la parte esponjosa, rodeada por el cuerpo esponjoso del pene, que es la más larga.
 
En la raíz del pene se encuentran las glándulas bulbouretrales o de Cowper. Son dos órganos que vierten a la uretra un líquido viscoso que protege su interior de los residuos de la orina.
 
El pene es el órgano encargado de depositar los espermatozoides en el interior del cuerpo de la mujer. En su interior se encuentra la parte final de la uretra y un sistema de erección formado por tejido cavernoso. En términos generales, el pene se compone de una raíz, un cuerpo y un extremo denominado glande, cubierto por una porción de piel llamada prepucio, al que se une por un tirante de piel llamado frenillo prepucial.
 
 

Esquemas de las partes del aparato reproductor masculino

 
 


 

Más del aparato reproductor femenino

Sistema o aparato reproductor femenino



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Genital femenino
La información genética que trasmite la madre a su hijo está contenida en el gameto femenino u óvulo. La producción de esta célula reproductiva pone en funcionamiento una serie de órganos sexuales que conforman el sistema reproductor femenino.

Los órganos sexuales se clasifican en internos y externos.
 
Los órganos internos están constituidos por:

Ovarios
Son dos órganos del tamaño de una almendra que se ubican en la cavidad abdominal de la mujer. Su función es producir un óvulo cada 28 días aproximadamente. Están situados dentro del cuerpo, en la región de la pelvis, uno a cada lado del útero.
 
Los ovarios producen y liberan unas hormonas denominadas estrógenos y progesterona.
 
Los estrógenos, producidos desde la pubertad, determinan cambios tales como: hombros angostos, voz aguda, caderas anchas, etc. Estos cambios son las características sexuales secundarias de la mujer.
 
La progesterona, hormona que tiene como función aumentar la cantidad de vasos sanguíneos del endometrio uterino. Cuando se libera el óvulo, una vez que ha sido fecundado, las paredes del útero están capacitadas para recibirlo y alojarlo durante su proceso de posterior desarrollo.
 
Trompas de Falopio
Forman un arco cerca del ovario son pequeños tubos que entran en el útero (uno derecho y otro izquierdo). Son dos conductos que se originan cerca de cada ovario y que se extienden hasta el útero.
 
La función de las trompas, también llamadas oviductos, es conducir el óvulo desde el ovario hasta el útero. La fecundación ocurre en las trompas de Falopio.
 
Útero
Es un órgano musculoso y hueco del tamaño y forma de una pera invertida, y está ubicado en la parte inferior del vientre.

Lo conforman tres capas: una interna o endometrio, que cada mes se enriquece con una cantidad extra de vasos sanguíneos necesarios para la nutrición del nuevo ser; otra intermedia formada por músculos lisos; y la capa externa constituida por tejido elástico. El útero o matriz, es una cavidad que tiene cinco centímetros de longitud.
 
Es muscular, tiene un enorme poder de crecimiento y de contracción, pues es capaz de sacar un feto al exterior, en el momento del parto.
 
Vagina
Es un tubo muscular elástico que comunica el útero con el exterior. Se ubica en la pelvis menor, entre la uretra y el recto. Termina en un orificio alrededor del cual hay unos repliegues de la piel llamados labios mayores. Es un conducto que une a la vulva externa con los órganos sexuales internos. Estos se encuentran dentro de la cabida abdominal que esta situada entre los huesos de la cadera (pelvis).

Los órganos externos están formados por:
                                                                                 
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Sistema reproductor femenino.
Vulva
La vulva se puede observar al separar los muslos de la mujer. Esta rodeada de dos dobleces de piel: uno exterior, los labios mayores y uno exterior los labios menores. En la mujer púber los labios mayores tienen pelos. Clítoris
 
Pequeño órgano parecido al pene. Está provisto de terminaciones nerviosas y puede entrar en erección.

Meato
Por debajo del clítoris se encuentra el meato urinario, que es el orificio de la porción final de las vías urinaria. Es el lugar donde se emite la orina al exterior.

Himen
Por la abertura de la vagina, y situado entre la entrada de ésta y el vestíbulo de ella, se encuentra en la mujer virgen una membrana no perforada llamada himen. El himen es una delgada membrana que se extiende por la abertura de la vagina.
Esta membrana tiene una o más abertura por las cuales sale el flujo menstrual y la tradición dice que en el momento de la primera penetración del órgano masculino, dicha membrana se rompe, haciendo que sangre un poco, por lo tanto era considerado una prueba de virginidad.
 
Actualmente se sabe que no necesariamente esta membrana se rompe en la primera relación sexual ya que puede haber membranas más elásticas que otras y además puede ser rota por otras circunstancias: utilización de tampones del diámetro no adecuado a los orificios del himen, etc.
 

jueves, 20 de diciembre de 2012

Aparato reproductor masculino

Al igual que en la mujer, las hormonas segregadas por la hipófisis son responsables de la maduración y desarrollo de los órganos que conforman al aparato reproductor masculino.
 
La madurez sexual en los niños empieza un par de años después que en las niñas, generalmente entre los 12 y 14 años, con el cambio de voz y la aparición de vello en la cara y otras zonas del cuerpo. Estas manifestaciones no deben ser motivo de preocupación; tan sólo significan que una persona está alcanzando la madurez sexual que le permitirá, en el futuro y en su momento, convertirse en padre.
 
El aparato reproductor masculino está formado básicamente por los testículos, el pene, los túbulos seminíferos, la uretra y la próstata.
 
Los testículos son equivalentes a los ovarios, ya que ellos producen las células sexuales y las hormonas que provocarán los cambios en el varón. Son dos glándulas de forma ovoide que se encuentran separadas del cuerpo en una bolsa llamada escroto. En su interior se localizan muchísimos tubos pequeños y delgados llamados túbulos seminíferos, donde se forman las células sexuales masculinas llamadas espermatozoides.
 
Los espermatozoides son células pequeñas y muy delicadas, pues para que logren madurar necesitan estar a una temperatura menor a la del resto del cuerpo; ésa es la razón de que se encuentren un tanto aislados en el escroto.
 
Cuando hace calor, el escroto se mantiene suave y relajado a fin de permitir que haya una temperatura adecuada menor a la del cuerpo; pero si hace frío se contraen para estar más cerca del cuerpo y aprovechar su calor.
 
Para depositar el semen en el aparato reproductor femenino el hombre utiliza el pene, que es el órgano copulador. Éste presenta en la punta un ligero ensanchamiento, denominado glande, recubierto por una pequeña membrana delgada llamada prepucio. Muchos niños no tienen prepucio porque se los quitaron mediante una sencilla operación, la circuncisión, la cual generalmente se realiza al poco tiempo de haber nacido.
 
Algunos pediatras recomiendan la circuncisión como medida higiénica, para evitar que debajo del prepucio se acumulen secreciones que pueden producir una infección.
 
La uretra es el conducto encargado de transportar los espermatozoides desde los conductos deferentes hasta el pene.
 
LOS ESPERMATOZOIDES Y LA EYACULACIÓN
 
Los espermatozoides poseen una forma especial para poder moverse en el interior del aparato reproductor femenino; cuentan con una cabeza y un flagelo que utilizan para desplazarse. En la cabeza se encuentra el núcleo con la información genética que se heredará al nuevo ser vivo.
 
A diferencia de las mujeres, que sólo producen un óvulo al mes, los espermatozoides se producen en cantidades elevadas sin tener, como en el ciclo menstrual, un periodo determinado para su maduración.
 
Se calcula que en cada eyaculación un hombre adulto puede liberar entre 300 y 400 millones de espermatozoides.
 
Para que se presente la eyaculación es necesario que el pene aumente de tamaño y se ponga rígido, en un proceso conocido como erección.
 
Desde pequeños, los niños pueden presentar erecciones a consecuencia de cambios de temperatura o el roce con la ropa; la diferencia en la madurez sexual es que esas erecciones pueden culminar con una eyaculación o la salida de semen.
 
Las primeras eyaculaciones, que generalmente ocurren durante la noche, se llaman poluciones nocturnas.
 
Es importante mencionar que aunque la orina y el semen tienen el mismo canal de salida no pueden expulsarse al mismo tiempo, porque en el cuerpo hay una válvula que impide la salida de orina cuando el pene está erecto.
 
Así como la menstruación es un acontecimiento natural en las niñas, las eyaculaciones son también normales en los niños y nunca deben sentirse apenados o avergonzados de que sucedan, pues son un signo de la maduración de su aparato reproductor.
 
Al igual que en otras partes del cuerpo, es muy importante tener mucha higiene en los genitales externos; al bañarse es importante enjabonar toda la zona y recorrer hacia atrás el prepucio para retirar las impurezas que ahí se alojan y que pudieran ocasionar infecciones severas.
 
También es necesario que los niños y las niñas eviten golpes en los genitales, porque además de ser muy dolorosos pueden producir lesiones en la función reproductora.
 
La función reproductora y las relaciones sexuales son muy importantes desde el punto de vista biológico, pero éste no es el único aspecto que debe tomarse en cuenta, porque también implican un compromiso entre las parejas.
 
Información de  http://www.tareasya.com.mx/index.php/tareas-ya/primaria/quinto-grado/ciencias-naturales/1150-Aparato-reproductor-masculino.html

Aparato reproductor femenino

Cuando llega la pubertad, la hipófisis empieza a segregar ciertas hormonas que provocarán la maduración del aparato reproductor del niño y la niña.
 
La maduración del aparto femenino inicia alrededor de los 11 años, aunque puede ser antes o después, por lo que ninguna niña debe preocuparse por la edad en que se inicie su madurez sexual, porque esto ocurrirá solamente cuando su organismo esté listo para ello.
 
El aparato reproductor femenino participa en dos funciones importantes: es donde se realiza la fecundación (unión de las células femeninas y masculinas) y donde se alojará y desarrollará el nuevo ser. Con la maduración sexual de este aparato, el cuerpo también se prepara a producir alimento para el recién nacido (leche materna) en caso de fecundación. Este aparato lo forman órganos externos e internos.
 
Los órganos externos en conjunto reciben el nombre de vulva. En ella se localizan las aberturas de la uretra (por donde sale la orina) y la vagina, así como unas estructuras carnosas llamadas labios.
 
Los órganos internos se encuentran dentro de la cavidad abdominal y comprenden ovarios, útero o matriz, trompas de Falopio (también llamadas oviductos) y vagina.
 
Los ovarios son dos órganos en forma de almendra encargados de segregar las hormonas de las que depende la maduración del aparato reproductor y producen las células sexuales femeninas, llamadas óvulos.
 
Desde que una niña nace, en sus ovarios existen óvulos inmaduros llamados folículos. En la pubertad los folículos maduran y se convierten en óvulos. Todos los meses a partir de la pubertad, un ovario o el otro se alternarán para dejar en libertad un óvulo listo para ser fecundado. La maduración de los óvulos se llama ovulación.
 
Cuando el óvulo sale del ovario, tiene dos posibilidades: ser fecundado por un espermatozoide (y formar una célula huevo) o ser desechado luego de cumplir su ciclo el aparato reproductor:
  1. El óvulo maduro sale del ovario y se dirige a la trompa de Falopio.
  2. Cuando el óvulo es liberado, las hormonas "ordenan" al útero que se inicie la formación de un tejido esponjoso que hará las veces de "colchón" para recibir al óvulo en caso de que sea fecundado por un espermatozoide.
  3. Durante tres o cuatro días el óvulo recorre la trompa de Falopio para dirigirse al útero.
  4. Si durante su trayecto el óvulo no fue fecundado, es expulsado del cuerpo a través de la vagina.
  5. Al no haber fecundación, el "colchón" que recubría internamente al útero (llamado endometrio) se expulsa junto con el óvulo al exterior en forma de un sangrado conocido como menstruación o regla.
  6. Aproximadamente dos semanas después, se inicia la formación de un nuevo endometrio y un nuevo óvulo, pero ahora en el otro ovario.
La menstruación, además del desarrollo de los senos, es el signo más evidente de la maduración del aparato reproductor.

La menstruación o regla es un proceso normal que ocurre una vez al mes, cada 28 días, aproximadamente. Las primeras menstruaciones no son muy regulares; pueden presentarse en periodos más cortos o más largos.
La menstruación se presenta cíclicamente cada vez, desde la pubertad hasta los 50 años, aproximadamente, y sólo se suspende durante el embarazo.
 
Si la menstruación inicia el primer día del mes, a la mitad del ciclo, o sea entre el día 14 y el 15, ocurrirá la ovulación; si el ciclo es de 28 días, la siguiente menstruación se presentará el siguiente día 28. Ese día se señalará como el inicio de la siguiente menstruación.
 
Durante la menstruación, las mujeres pueden realizar cualquier actividad y seguir su vida normalmente, pero se debe poner mayor atención a la higiene de los genitales externos, pues el orificio urinario y el ano están muy cerca del orificio vaginal y los desechos eliminados por ellos pueden provocar infecciones vaginales. Por esto, la mujer debe asearse de adelante hacia atrás para evitar arrastrar impurezas a las zonas sexuales.
 
De igual manera, se recomienda que al presentarse la primera regla se haga una visita al ginecólogo, que es el médico especialista en el aparato reproductor femenino, para asegurarse de que no haya ninguna anormalidad.
Las mujeres deben sentirse muy orgullosas de las funciones internas que llevan a cabo, ya que sólo ellas, debido a su organización estructural, son capaces de formar una nueva vida.
 

Información de http://www.tareasya.com.mx/index.php/tareas-ya/primaria/quinto-grado/ciencias-naturales/1149-Aparato-reproductor-femenino.html